SALVADOR SOSTRES
La banca paralizará los desahucios dos años para las familias que se encuentren en situación extrema. Es una medida compasiva para evitar más situaciones dramáticas, pero como toda medida compasiva será excepcional y temporal, y dentro de dos años el sistema volverá a la normalidad y para entonces tendremos que haber reflexionado. Se puede culpar a la crisis, se puede culpar a los bancos y se puede culpar a la «letra pequeña de las hipotecas», ese topicazo.
Pero lo que ha fallado en España no ha sido el sistema, ni los bancos, ni las hipotecas, sino la gente. La gente que ha estirado más el brazo que la manga sin ningún tipo de reparo, la gente que ha firmado hipotecas como si firmara autógrafos, sin leer la letra pequeña ni la grande, la gente que se han endeudado con total frivolidad, muchas veces para irse de vacaciones o para comprarse un coche o una tele de mejor gama; la gente que se ha creído que teníamos derecho a todo y gratis.
Dentro de dos años tendremos que haber aprendido a comprar una casa sólo si calculamos honestamente que podemos pagarla; y una casa que esté en la población y sea del tamaño y de las características que se ajusta a nuestro presupuesto. Si no podemos pagar una casa, no hay nada malo en vivir en casa de los padres o de los suegros, tratando de trabajar más para poder pagar más en un futuro no demasiado lejano. Es incómodo, sí. Pero no todos podemos vivir donde Cebrián.
Que todo el mundo tenga derecho a una vivienda digna no significa que esta vivienda tenga que ser en Serrano ni en Sarrià, ni que tenga que ser nueva, ni que tenga que ser para ti solo o sólo para tu familia. Sólo tenemos aquellos derechos y aquellas casas y aquellos coches que podemos pagar. Conviene no olvidarlo.
Si no haces nada y continúas buscando excusas para todas tus calamidades, y esperas que dentro de dos años se tomen otras medidas piadosas, excepcionales y temporales, no te volverá a salir bien la jugada. Pronto el Estado no podrá pagar ni la compasión, porque la socialdemocracia ha saqueado las arcas públicas de tal modo que incluso las pensiones contributivas son ya hoy un concepto mucho más que una realidad.
Espero que dentro de dos años hayas aprendido que la auténtica compasión es la que se basa en los propios actos, y no en los de los demás; en el propio acto de no llevar tu vida y la de tu familia al abismo y de entender que hemos venido al mundo a competir y que nada sirve de nada si no ganas.
Dentro de dos años, si no has prosperado, si no has sido capaz de ser el revulsivo que tu vida y la de tu familia necesitan para salir adelante, no confíes en que «las cosas» hayan mejorado. Porque «las cosas» somos nosotros, y sólo mejorarán si mejoramos nosotros y sólo tendremos derecho a mirar la vida con esperanza si antes nos hemos ganado la vida y la esperanza.
Y ya verás como después de haber hecho tu parte de esfuerzo, de sacrificio y de durísimo trabajo; ya verás como después de haberte arriesgado, de haberte puesto a prueba y de haberte dado cuenta de lo muchísimo que podrías dar, nunca más querrás ser un asalariado, ni un empleado ni por supuesto un subsidiado y sólo desearás tener tu empresa, tus normas y tu libertad.
Así ha logrado sus mayores logros la Humanidad y así y sólo así va a salvarse España.
Sin comentarios:
Publicar un comentario en la entrada
enlaces a este post
Crear un enlace